miércoles, 25 de junio de 2008

de como una mujer decente se convirtio en devoradora de niños

El mayordomo entró al cuarto y corrió las cortinas permitiendo la entrada de la luz, la mujer en la cama se cubrió el rostro con un gesto de incomodidad y él le comunicó la hora para luego retirarse.
Un minuto después ella incorporada y frente a una abundante bandeja con café y leche, jugo de naranjas y tostadas con otros detallitos de servicio americano que por su orden expresa se serviría sola.
Es que esta mañana estaba de muy mal humor, la cabeza parecía de plomo y los ojos veían las cosas muy distorsionadas, si hasta las tostadas parecían negros con plumas dispuestos a atacarla.
Podría ser que no fuese tan malo después de todo que unos negros entrasen como locos en aquel momento y al grito de ¡aura! se le abalanzaran y la violaran.
Miraba todo con los ojos chiquititos tipo chino y entre una fatal nebulosa decidió que más que desayuno esto era un asco, tal vez porque los negros no se movían, corrió todo a un costado recostándose nuevamente con una almohada en la cara.
La noche anterior había salido a bailar con unas amigas, y ya se sabe como es eso, música a todo volumen, alcohol y una buena cruda por la mañana.
Ella no estaba acostumbrada a estas trasnochadas pero se dejo convencer, quería acción, sexo, caricias, sensaciones y lo más que consiguió fue un fuerte dolor de pies caderas y columna.
¿Qué pasa con los hombres? ¿Que? ¿Ya no los calienta nada? Me baile todo, moví el culo de aquí para allá toda la noche y lo único que hicieron fue mirarme, las tres bailando solas como gatas rabiosas, no me agarran más, mira como me siento ahora como si me hubiese pasado una aplanadora ¡claro! Si estaba lleno de pendejas ¿Cómo se iban a fijar en nosotras, si yo escuche a uno que dijo algo como no me gusta el caldo ¡son unos hijos de puta! ¡Viejos babosos! Si tenían años como nosotras, claro pero las pendejas buscan experiencia y plata y nos cagan a nosotras sin más ni más.
Y así con dolor de cuerpo de cabeza y todo ese veneno la pobre salió de la cama como si la llevase el diablo, se metió en el baño y abrió las canillas para llenar la bañera ¡un baño caliente y con espuma me va a relajar! Se quito la ropa y se acomodo en el agua, sintió un alivio inmediato, respiró profundo y colocó unos pétalos en sus ojos para refrescarlos, recostó la cabeza y se relajo mientras pensaba en sus años jóvenes, que bonita era, los hombres la acosaban prácticamente, si hasta buscaba esconderse de ellos.
Nada se les podía creer, eran capaces de cualquier invento o sacrificio por un orgasmo con ella, y ella tan romántica solo quería amor, le parecían insoportables ¡ven a las mujeres como medallas al merito! se decía ¡son intolerables mentirosos y crueles! ¿Dónde están ahora? Pasaron solo veinte años y Gardel dice que veinte años no es nada ¿Cuántos tendrán? cerca de cincuenta, pero si eso no es mucho, mírame a mi, todavía soy una pendeja, claro me duele un poco todo pero me siento re joven y tengo unas ganas ¿Qué pasa con veinte años más? ¿A las mujeres nos vienen ganas y a ellos se les van? ¿Será como me dijo la ñata aquella? Dijo que nosotras ya teníamos que olvidarnos y a mi me corrió frió por el cuerpo se me encendieron las luces y Salí a buscar un hombre desesperada.
Ahora la pobre estaba en ese dilema ¿seria así? ¿Tendría que retirarse a cuarteles de invierno? Ahora entiendo porque las viejas te querían casar antes de los treinta y si no lo conseguían te chantaban el mote de solterona y con el cartelito te colgaban la yeta para siempre.
Pero yo lo único que quiero es un buen polvo, no me quiero casar, puedo seguir solterona y que mas da –así salio de la bañera y se comenzó a secar mientras se decía- después de todo yo no soy una atorranta por querer un polvo si es lo mas natural y después de todo no soy tan vieja que falta de respeto por la gente mayor, te hacen a un lado como si fueras un mueble viejo ¿y la experiencia? ¿Qué hago con la experiencia? ¿Me la meto en el culo? ¡Estos hijos de puta! no te quieren coger porque tenes unos años ¿y ellos que tienen? si están igual y se van con las pendejas ¿y que tengo que hacer? ¿Cómo esas viejas verdes que pagan chiquilines? Y ahí se planto ¡claro! por eso…ahora entiendo porque, pero y los mocosos ¿porque quieren y estos no? Lógico la experiencia y la plata, igual pero al revés, que cosa las vueltas de la vida.
Mientras se secaba agacho la cabeza y se colocó una toalla delicadamente en forma de turbante y al abrir los ojos él estaba allí, como una amenaza, como el peor enemigo ¡maldito monstruo! ¿Quién lo puso allí? Sí, claro fue ella, pero es que era joven podía lucirse ida y vuelta con una prenda con otra y sin nada ¡era tan bella! Pero ahora la bestia le mostraba 10 kilos de mas y lo peor allí en el vientre ¡que espanto! Ya mismo iría a ver a su mayordomo para ordenarle que tire ese espejo inmenso y horrible a la basura.
Con bata de toalla y unas pantuflas haciendo juego cruzaba la casa como sargento de caballería con misión urgente, se cruzó con la doméstica y dijo:
- Clara ¿donde esta Sebastián?
- En el jardín señora dando ordenes al nuevo jardinero

Allí se dirigió y lo encontró tras los rosales, era joven y fuerte y muy bien parecido, se quedo viéndolo como una loba hambrienta mientras Sebastián preguntaba:
- ¿En que la puedo servir señora?
- ¿Este es el nuevo jardinero?
- respondió- así es señora, comienza hoy
- encantada, luego hablaremos de flores -continuó acentuando su mirada mientras el joven con su mejor cara de niño espantado respondía:
- claro señora
- tu Sebastián –agrego- cuida que no se compre más que alimentos dietéticos, me voy al gimnasio -mirando al pobre joven que no sabia para donde correr-

Y fue así como en un día de furia, pero igual a cualquier otro, una decente mujer se convirtió en una vulgar devoradora de niños y lo que pasó luego con el asustado infante es para otra historia.
Ruego a las mujeres mayores sobre todo si son impresionables no tomar demasiado en cuenta estas experiencias, no tiene que ser necesariamente así, después de todo es solo un cuento, como la vida vieron.

chabela

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